Cruzar la cordillera de los Pirineos en bicicleta de norte a sur es una hazaña relativamente fácil. Sin embargo, ir en dirección perpendicular representa un claro desafío, sin importar si comienzas en el Atlántico o en el Mediterráneo. Para los amantes del cicloturismo este viaje se ha convertido en una ruta obligada, ya que el recorrido pasa por casi todas las subidas y puertos más emblemáticos del Tour y la Vuelta. No obstante, los retos no acaban ahí, ya que la carrera de ultradistancia TransPyrenees organizada por TransIberica Ultracycling es la prueba non-stop de autosuficiencia en ruta para los más exigentes.

Hace unos días se estrenó la película sobre la TransPyrenees 2022. La edición de este año partió de Llançà (España) el 25 de junio y, a pesar de que el sol brillaba en la línea de salida, todo se convirtió en un infierno húmedo y frío. Un total de 1.080 km y +25.000 m de desnivel positivo ya es mucho para soportar, pero recorrerlos en condiciones climáticas adversas es una verdadera prueba tanto para la mente como para el cuerpo.

La película, producida por Bridge Agency, permite al espectador ver cómo transcurrió la carrera con imágenes desde el inicio, durante la carrera y el final donde llegaban los más fuertes a San Sebastián. Las imágenes hablan por sí solas, podemos ver tomas de drones de la inmensidad de las montañas, seguimientos de los participantes rechinando los dientes (y piñones) a través de la niebla, y fotogramas de ciclistas tiritando bajo la lluvia. Todo ello acompañado de testimonios de los participantes que hablan de sus expectativas y sensaciones antes y después de la carrera. No se trata solo de una carrera para cruzar los Pirineos de costa a costa sino de todos los sacrificios que has hecho antes para llegar.